Milking
Agrícola La Albertina

Un sistema pastoril con Lely
La historia de un cambio: del pastoreo intensivo al robot de ordeño
Con más de 15 años de experiencia liderando lecherías bajo sistemas estacionales y de bajo costo, el salto hacia la automatización del ordeño no fue un paso menor. Acostumbrado a trabajar con praderas como base de la alimentación, este productor asumió un desafío que lo obligó a repensar por completo su sistema productivo: integrar un robot de ordeño en un esquema pastoril.
Al principio, confiesa, veía al robot como una herramienta solo viable para vacas estabuladas. Sin embargo, la necesidad de mejorar la eficiencia y la curiosidad por lo que la tecnología podía ofrecer lo impulsaron a intentarlo. “Desde el primer día supe que sería un desafío”, admite Cristian Barrientos, administrador de La Albertina. Pero los resultados no tardaron en llegar: en pocos meses logró reducir drásticamente el uso de concentrado, bajando de 8-9 kilos por vaca a un promedio actual de 3,8 kilos. Con algo de incentivo en el arreo, las vacas se adaptaron rápidamente al nuevo sistema.
Hoy, el 70-75% de la dieta se basa en pastoreo, combinando praderas y chicorías, mientras que el concentrado se administra en sala. Las vacas mantienen un flujo de ordeño ordenado y eficiente, con una frecuencia estable entre 2 y 2,2 ordeños por día, y tiempos de paso por robot que se han ido optimizando desde los siete minutos iniciales.
Aún en etapa de aprendizaje, destaca el valor que aporta el robot para la gestión diaria: la información que entrega el sistema permite tomar decisiones ágiles y mejorar la productividad. “Siento que el robot es una tremenda herramienta, tanto para la vaca como para quien administra el predio”, afirma.
Su entusiasmo crece de cara a la primavera. Tras haberse hecho cargo del campo en noviembre de 2024, espera con ansias su primera temporada completa para aprovechar el potencial productivo desde el inicio. Con una estrategia clara mantener el robot en uso la mayor cantidad de tiempo posible sin comprometer el bienestar animal ni el flujo del sistema, proyecta un invierno con buena producción y abundante pasto, fruto de un plan de fertilización implementado con anticipación.
Pero más allá de los números, hay aspectos que valora profundamente: la salud mamaria de las vacas, la posibilidad de detectar precozmente casos de mastitis a través de la conductividad y el conteo diario de células, y la tranquilidad de saber que, gracias al sistema Horizon, la leche tratada se descarta automáticamente. “Esa linealidad en la operación del robot me da seguridad. Si el tratamiento está bien cargado, sé que la leche no va al estanque”.
Con compromiso, apertura al cambio y foco en la eficiencia, este productor demuestra que el camino hacia la innovación también se puede transitar desde la pradera.